lunes, 18 de marzo de 2019

Las cuevas de Churriana salen a la luz


El profesor de la UMA e investigador Carlos Gozalbes Cravioto señala que pudo servir de vivienda a mozárabes en época musulmana hasta el siglo X. Los arqueólogos ya trabajan en ellas.
Todo empezó gracias al fino olfato de Tyson, un perro bóxer que cuando paseaba en mayo de 2018 con su dueño, junto al Camino del Retiro, en Churriana, comenzó a escarbar con furia en una montaña de tierra y sacó a dos cachorros, enterrados vivos por algún salvaje. Los perros estaban en una pequeña cueva tapada con tierra.
El valeroso Tyson había dado en realidad con un complejo de cuevas, ocultas por la tierra y la maleza, y ligadas a la historia de Churriana.
Gracias a las gestiones de la asociación ecologista Ciriana y a la asociación de vecinos Arcuves de Churriana se pudo frenar la construcción de una urbanización, Atalaya, prevista en estos terrenos, propiedad de la promotora Solvia, pese a algún intento por continuar.
«A raíz de nuestras denuncias hay que empezar de cero e incorporar estos valores arqueológicos», informa Maricruz Torres, responsable de Ciriana, que explica que la asociación ha localizado además, unos metros ladera abajo, varias cuevas más, algunas de ellas, empleadas durante la Guerra Civil.
Para el profesor jubilado de la UMA e investigador Carlos Gozalbes Cravioto, que ha escrito un primer informe sobre este hallazgo para evitar su destrucción por las excavadoras, «estas cuevas no son una sorpresa». Gozalbes Cravioto cree probable vincular este complejo con comunidades de mozárabes (cristianos en tierra musulmana) que usaron las cuevas como vivienda. De hecho, en la calle Maestro Vert, en el casco urbano de Churriana, se encuentra vallada y expuesta al público una de ellas.
El investigador explica que este tipo de cuevas «normalmente se usaron desde el siglo VIII hasta el siglo X, cuando se produce este fenómeno rupestre mozárabe», aunque por el número de cavidades, descarta que se tratara de ermitaños, aunque apunta: «Se podía haber dado el caso de que, aunque no fueran monjes, vivieran de una forma muy religiosa, porque dentro de la religión, quien la vive más intensamente es quien vive en una comunidad que no es de su religión», como le sucedía a estos cristianos que vivían en la España islámica.
De la carga religiosa de estas comunidades pone de ejemplo la cercana iglesia rupestre de Las Pedrizas, destruida por las obras de un polideportivo.

Carlos Gozalbes también recalca que buena parte de estas cuevas se han reutilizado a lo largo de los siglos.




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