miércoles, 21 de marzo de 2018

CÁRTAMA, TODAS LAS CULTURAS EN 100 Metros.



El de Cártama se ha revelado en un yacimiento único en España, uno de los pocos rincones del planeta que en menos de cien metros permiten apreciar y con edificios de enjundia, la mayoría de las etapas de la historia del hombre.
En Cártama lo mejor está por llegar, por toda la sucesión de hallazgos que se han ido acumulando en la última década. Buena parte del mérito se debe a la sensibilidad del Ayuntamiento, que reparó muy pronto en el beneficio colectivo del cuidado de la historia y de la arquitectura. Hizo, en definitiva, lo contrario que Málaga, aunque curiosamente con los mismos elementos. A principios de este siglo, en una céntrica plaza, la Constitución, colindante a la del Pilar Alto, se iba a iniciar la construcción de la casa de la cultura. La aparición de unos restos en el solar provocó que la obra se interrumpiera de inmediato. Se inició entonces una aventura arqueológica fascinante, generosa en cuanto a descubrimientos desde primera hora.


En esos primeros trabajos de 2005, el equipo de Francisco Melero dio con un universo temporal magníficamente encajado y distribuido por escalas, algo que iba más allá de los restos romanos y que abarca entre sus manifestaciones con edificios que van desde el siglo VIII antes de Cristo a la Edad Media. Toda una colonia de civilizaciones superpuestas, en orden cronológico, dispuestas como si fueran los pisos de una tarta museística utópica. Las primeras capas ocupadas por las ciudades de los tartesos y los íberos, con fases superiores en las que se han rescatado piezas de inmenso valor y singularidad como la basílica romana, un instrumento de mármol con tribuna y escaleras que desempeñaba un papel central en la vida pública del foro: la de servir de contacto comercial y de administración de justicia.


La riqueza es inagotable. A la torre de culturas del solar, que se completa con el enunciado de una construcción visigoda y un muladar medieval atiborrado de piezas de cerámica, muchas con el sello de maestría de Al-Andalus, se añaden las muestras arquitectónicas localizadas en los alrededores. La más importante, una muralla de época púnica de grandes dimensiones que destaca por su sillería helenística y su uso nada habitual de los contrafuertes. Si el espacio depara otras sorpresas- también llama la atención los restos de sus necrópolis- es algo que el municipio se ha encargado de que no caiga en saco roto, adquiriendo poco a poco la manzana de edificios que rodea a la plaza. Según informa Melero, el 85 por ciento de las casas del entorno ya están deshabitadas y al servicio del trabajo de los investigadores. El plan ejemplifica lo que se puede hacer cuando la sensatez se alía con la sensibilidad histórica: en apenas unos cuantos años la ciudad contará con un parque arqueológico sin parangón, provisto, además, de un museo. Lo dice Daniel Florido, de Nerea, empresa arqueológica a la que se ha encomendado, con el apoyo de Melero, el diseño de la estrategia: «Cártama no sólo mira a su pasado desde los ojos de un arqueólogo, sino que mira hacia su futuro para preservar su patrimonio».



 





















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